La boda más real. Raymon y Miguel.

Raymond Pozo y Miguel Céspedes tendrán la boda más real del mundo este próximo sábado. Pero ya están unidos. No hacen falta ceremonias ni protocolos.

“El patrón del éxito no se rompe”, dijo Miguel para referirse al mismo estilo y línea que mantendrá junto a Raymond Pozo en su nueva producción con Edilenia Tactuk.

Pero esta frase encaja perfectamente con el mismo espíritu y mística que mantienen detrás y frente a las cámaras. Mientras ensayan y planifican el guión, maquillan sus rostros y se colocan sus vestuarios, Raymond y Miguel demuestran que no son simples personajes, porque conservan la chispa de humor que los ha catapultado como “los reyes” del mismo.

Raymond siempre realiza el papel de hombre y le deja a Miguel la interpretación de la futura esposa, la novia, la cantante.

Miguel luce cómodo con su vestido de novia. “Por lo menos los mosquitos no me pican”, afirma luego de que le ha sido colocado el velo que cubre su rostro.

En el mundo del espectáculo hay personajes que no pueden evitar ser seguidos.

Pero hay muchos que fuera de las cámaras no guardan relación alguna con la imagen que proyectan, algo que, en ocasiones, se convierte en una decepción para la fanaticada.

Quizá la clave que ha permitido la permanencia de estos profesionales de la risa en la televisión es transmitir su verdadera esencia a través de sus personajes.

CAMBIOS: Estos humoristas no llevan una contabilidad de los Casandra que han recibido, pero estiman que un total de 13 como comediantes, desde su llegada al programa “Títiri mundati”.

El nuevo programa que se avecina junto a la productora Edilenia Taktuk “es una extensión de lo que tenemos”, según Miguel. Una primera hora será de humor y otra será variada con invitados, diferentes escenarios, entre otras novedades.

Los humoristas tienen a su público asegurado. “El reto ya lo hemos afrontado. Ya lo que tenemos que hacer es ponerle color a lo que estamos haciendo, tener una producción más acabada y más limpia.

Pretendemos seguir el mismo patrón que llevamos en “A reír con Raymond y Miguel”, subrayó este.

Un día con los Reyes del Humor Es curioso saber qué ocurre tras bastidores, especialmente en un programa de humor como el que conducen Raymond Pozo y Miguel Céspedes.

En la puerta del camerino se comienza a disfrutar de un ambiente familiar y relajado.

Desde tempranas horas de la tarde, una mesa redonda reúne a los humoristas con el equipo de libretistas y al elenco completo.

Allí pareciera que conversan en una tarde de domingo familiar bajo la brisa de los árboles, haciéndose reír unos a otros y recordando historias jocosas.

Pero a medida que avanzan las conversaciones, se observa que se trata de un ensayo previo de lo que sería la próxima entrega de su pro grama: La parodia de la boda entre el príncipe William y Kate Middleton, pero a lo criollo.

El humor no es rígido. Sin libreto en mano, cada quien sabe lo que debe hacer para interpretar su papel. Y las improvisaciones quedan tan bien formuladas, que pareciera que forman parte de la historia. “La mayoría de las ideas nos surgen a Raymond y a mí, pero tenemos un equipo de libretistas que las enriquecen y en conjunto elaboramos un buen guion”, dice Miguel.

“Nos toma una hora cuadrar todo”, dice un libretista.

Mientras un chocolate caliente apacigua el frío que se anida en la piel de todo el que se halla presente, Raymond se inserta en la piel del príncipe William: “¿Quién se opone? ¡Pero yo estoy lleno de enemigos!”, dice, porque nadie nadie impide la boda.

Durante los preparativos del enlace matrimonial, todo fluye sin contratiempos ni estrés. Raymond y Miguel ríen a cada instante y contagian a los demás con sus ocurrencias.

“Margarito para usted, ¡respete!”, exclama Miguel, luego de que sintiera curiosidad por uno de los sombreros que adornarían el pelo de algunas mujeres, y lo exhibiera sobre su cabeza.

Preparación Pelucas y maquillaje de todos los colores, ropas de otras épocas, y muchas carcajadas son los ingredientes para este delicioso plato de humor.

Ruth Cuello es la maquillista de los actores y también ejerce el papel de estilismo, pues es la encargada de escoger los vestuarios y accesorios de cada personaje.

“Nosotros hemos logrado que la gente se quede con nosotros”, manifiesta Miguel.

El programa “A reír con Raymond y Miguel” se graba los miércoles de cada semana, lo que a juicio de Miguel es una ventaja.

Sin embargo, la naturalidad y espontaneidad de cada personaje se demuestra en la rapidez con la cual desarrollan cada escena en apenas una hora. Se cometen pocos errores y elementos nuevos se introducen en la trama a medida que avanza la tarde.

El humor de estos comediantes seguirá siendo el mismo, pero ya está listo para experimentar otras etapas.